Con el aumento de la esperanza de la vida de nuestros compañeros animales por los cuidados médicos veterinarios, cambios climáticos, las neoplasias, formaciones anormales en alguna parte del cuerpo de un tejido nuevo de carácter tumoral, benigno o maligno, han crecido en nuestra casuística en mascotas principalmente. Actualmente, se ha estimado que al menos 1 de cada 4 perros, 2 /10 en adultos y 1 de cada 4 gatos desarrollarán cáncer en algún momento de su vida. La incidencia incrementa con la edad, casi la mitad de los perros mayores de 10 años (47%) y el 32% de los gatos morirán por Cáncer. Asociación Americana de Medicina Veterinaria. 2022).
¿Qué signos de cáncer pueden presentar nuestros perros? Desgraciadamente, muchas veces solo cuando hay tumores visibles, protuberancia o bultos, heridas que no cicatrizan, hinchazón, sangrado anormal, el tutor lleva a consulta a su mascota. Pero existen diversas situaciones previas pasadas inapercibidas, como mal estado general con pérdida de peso injustificada, falta de apetito, apatía, caída del estado anímico, falta de energía, cansancio y fatiga aparentemente injustificados y fiebre.
Aunque el dolor está presente en casi todos los cánceres, los animales tienden a no demostrarlo, pues se convierten en presas y pueden perder territorios. Por ello, éticamente el Médico Veterinario y tutor deben manejar los posibles casos de dolor, aunque no se manifieste, incluidos los yatrogénicos causados por intervenciones médicas como cirugías, hasta las profilaxis dentales que irritan las mucosas. En general solo se piensa en cáncer… cuando hemos perdido mucho tiempo…
Aunque cabe señalar que cualquier raza de perro (o cruce) puede tener cáncer, hay algunas razas de perros más propensas por una disposición genética o de linaje como los buldogs, carlinos, bóxer, beagle y golden retriever y en gatos como elsiames. Aunque existen predisposiciones genéticas al por razas, es un problema crónico que se manifiesta por condiciones de manejo entre 6 y 10 años (se está diagnosticando problemas cada vez más frecuentes en animales más jóvenes.)
El aumento del cáncer va paralelo a la contaminación progresiva de nuestras culturas, se disparan por el acúmulo de toxinas que afectan al animal, zootoxinas, la contaminación ambiental, la abundancia de micotoxinas carcinogénicas presentes en todos los alimentos, productos químicos como colorantes, aditivos, saborizantes de alimentos, pesticidas, las radiaciones de luz ultravioleta y electromagnéticas, como las de los teléfonos celulares y PC y radiaciones ionizantes.
Ante las inflamaciones maltratadas, toxicidad de medicamentos tradicionales, el daño progresivo de los tejidos conectivos y luego las células, pueden desarrollarse por la falta de defensas inmunológicas efectivas. Los virus como el de la leucemia felina. El cáncer parte en general de inflamaciones e infecciones mal resueltas que se convierten en inflamaciones crónicas y posteriormente evolucionan a neoplasias por daño de código genético, DNA celular, con formaciones de tejidos benignas o malignas, las cuales conocemos como tumores cancerosos.
Según las especies, los gatos tienden a tipos de cáncer como linfoma (cáncer de un tipo de glóbulo blanco llamado linfocito), Leucemia (cáncer de la médula ósea) del gato. Los perros pueden presentar osteosarcomas, mastocitoma (Piel) e histiocitomas. El linfoma es de evolución muy rápida y muchas veces mortales en gatos y perros. Los tumores mamarios son muy frecuentes en ambas especies, pues al estar formados por tejido graso, la glándula mamaria, tiene tendencia a acumular las toxinas, bloqueando los ganglios linfáticos y llevando a la degeneración y neoplasias con mucho dolor, no manifestados por el animal.
Desgraciadamente, la medicina convencional dispone actualmente de terapias muy tóxicas que afectan el hígado y estructuras de la célula productoras de energía y eliminadoras de radicales libres carcinogénicos como son las mitocondrias. Tienen efectos indeseados que van desde náuseas, vómitos y bajos niveles de energía, hasta la muerte, como usualmente sucede los animales que son adultos mayores o que están en muy mal estado general y actividad hepática. Afortunadamente, la Medicina antizootóxica ofrece soluciones preventivas y terapéuticas seguras, utilizables en todo tipo de neoplasias a toda edad y en hembras preñadas, pudiéndose combinar con las terapias convencionales y disminuyendo los efectos secundarios de estas en todos los animales y personas. En efecto, por utilizar microdosis de extractos naturales de plantas, minerales, regulan el sistema inmune, estimulando los macrófagos, células limpiadoras y reparadoras de los tejidos afectados y produciendo sustancias inmunes como el factor de necrosis tumorales que debilitan los tumores, al secarlos cortándole su irrigación, con efectos controladores de inflamación y dolor facilitando además la cirugía y recuperación.
Detienen así el proceso evolutivo de las neoformaciones, mejorando el estado general, físico y mental, permitiendo una muerte digna cuando está muy adelantado o diseminado. Por el tropismo, localización en el cuerpo de sus componentes, tenemos una acción tanto a nivel general como localizada. Se recomienda desintoxicar periódicamente el cuerpo cada 6 meses, por 15 días con Kits de detoxificación, microdosis de componentes naturales, activando la eliminación por el hígado, intestino, sistema linfático, riñón, piel y pulmón, evitando la acumulación de toxinas causas de las neoformaciones.
En conclusión, la Medicina antizootóxica permite de forma segura a toda edad y estado, tratar y prevenir las neoplasias a todo nivel, desintoxicando y protegiendo los órganos, pudiendo asociarse con terapias tradicionales anticarcinogénicas para evitar efectos indeseables.