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Cuidar la salud en navidad es la clave para una buena digestión

Durante las fiestas de fin de año, lo que nos domina es el hambre hedónica o hambre por placer, ya que comemos por comer o por ansiedad en cantidades abundantes. Los alimentos dulces, salados y las comidas industrializadas son las que favorecen el “hambre hedónica” lo que nos lleva a consumir más de 2.500 calorías diarias de las necesarias y a subir entre 2 a 5 kilos.

Según un estudio publicado en la revista “Journal of Clinical Endrocrinology & Metabolism” cuando se come por placer aumentan los niveles de la hormona Grelina y muchas otras sustancias de nuestro organismo que no son secretadas cuando comemos “por necesidad”. Los investigadores, afirman que este circuito ignora las señales de saciedad que el cuerpo experimenta para indicarnos que hemos comido lo suficiente, entonces hace que comamos por comer y sigamos comiendo sin sentir sensación de saciedad.

El exceso de azúcar:

Al comer azúcar en exceso el organismo tiene una sensación de hambre más rápido de lo habitual, ya que una de las formas que tiene el organismo de detectar si necesita comer es por la cantidad de glucosa que circula por la sangre, el cuerpo consume el azúcar en forma de glucosa y esto hace que después del consumo los niveles de glicemia estén muy elevados, pero al poco tiempo bajan rápidamente y aparece nuevamente la sensación de hambre. Es importante entender que el azúcar esta también en los panes, las galletas y las harinas industrializadas con el agravante de que tienen gluten que es la proteína principal de algunos granos (trigo, cebada y centeno) el gluten produce una alteración del sistema inmune dañando la mucosa del intestino delgado, produciendo inflamación y atrofia de sus vellosidades. Como consecuencia al ingerir gluten, aparecen síntomas como el dolor abdominal, hinchazón, vomito, diarrea, erupciones cutáneas e incluso puede ser precursor de carcinomas.

Es importante entender que el estómago es laxo, cuando está vacío, tiene una capacidad de entre 40 y 300 mililitros de líquido, pero una vez que empezamos a comer, su tamaño puede aumentar hasta los dos litros, pero al cabo de una hora y media recupera su tamaño normal, ahora bien, lo que se debe entender es que con sólo salivar pensando en alimento el estómago se expande

El responsable de esta reacción es el nervio vago o nervio neumogástrico que recorre desde el bulbo raquídeo hasta el estómago y el intestino. Es él que dirige al estómago para relajarse e iniciar la ingesta, por esa razón cuando tenemos hambre el tamaño del estómago no depende de la cantidad de alimento que se ingiere, sino del sistema nervioso central.

Es recomendable identificar si presenta estos síntomas y cuidar su salud en esta época navideña, desde la medicina Antihomotóxica contamos con productos homeopáticos, los cuales les ayudara a tener una solución saludable, inicia tu tratamiento con un profesional capacitado en el uso de nuestros medicamentos en nuestra página web: https://www.lha.com.co/directorio-medico

 

Dr. César Augusto Monsalve R

Asesor Científico LHA.

Médico y Cirujano, especialista en medicinas Alternativas y Complementarias, Escuela de Medicina Juan N Corpas. Diplomados en Ozonoterapia, Acupuntura, Biopuntura, Terapia Neural y Medicina Funcional

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